Título original: Ieri, oggi, domani
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RESEÑA EN EL CAFÉ
Tres mujeres, un país que cambia: el arte de mirar con ternura.
Hay películas que no se agotan en sus tramas, sino que respiran con cada gesto, con cada mirada, con cada ciudad que las acoge. Ayer, hoy y mañana (1964), de Vittorio De Sica, es una de ellas. Bajo su aparente ligereza se esconde una Italia en tránsito: del neorrealismo a la modernidad, de la pobreza a la opulencia, de la culpa católica al deseo carnal. En tres episodios y tres personajes —todos interpretados con deslumbrante sensibilidad por Sophia Loren— el film despliega un mapa emocional y político de un país que ríe mientras se transforma.
El primer episodio, situado en Nápoles, nos presenta a Adelina, una vendedora ambulante que se embaraza una y otra vez para evitar la cárcel. Aquí el cuerpo femenino se convierte en espacio de resistencia, y la maternidad, lejos de ser idealizada, es herramienta de supervivencia. En el segundo, en Milán, Loren es Anna, esposa de un empresario millonario, atrapada en la frivolidad del lujo y la indiferencia emocional. El automóvil de alta gama en el que se mueve es símbolo perfecto de su encierro dorado. Finalmente, en Roma, Mara —prostituta de clase alta— administra su deseo con firmeza y ternura, protegiendo a un joven seminarista que quiere dejar los hábitos.
Tres mujeres, tres clases sociales, tres modos de estar en el mundo. A su lado, Marcello Mastroianni ofrece contrapuntos que enriquecen el juego: es cómplice, obstáculo, amante o niño extraviado. Su química con Loren es parte esencial del milagro que esta película logra: hacernos creer que el cine puede tocar lo real sin dejar de ser un juego.
De Sica, con guion de Zavattini, rehúye el drama puro para abrazar la comedia con intención política. En lugar de declamar grandes tesis sociales, muestra cuerpos, calles, autos, camas y silencios. La Italia que emerge no es abstracta ni oficial: es popular, contradictoria, sensual y herida.
El erotismo no es solo una herramienta narrativa: es una forma de hablar de poder, de necesidad, de desigualdad. Que Loren logre convertir una escena de striptease —la mítica secuencia de Mara— en un momento de dignidad estética y control femenino, habla de un cine que respeta la inteligencia del espectador.
Ayer, hoy y mañana es, ante todo, una declaración de amor a la vida cotidiana y a las mujeres que la sostienen, incluso cuando todo parece jugar en su contra. Porque ellas —no los discursos ni las estadísticas— son el verdadero rostro de una nación.
Julio César Pisón
Café Mientras Tanto
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Título: Ayer, hoy y mañana
Año: 1964
Título original: Ieri, oggi, domani
País: Italia
Dirección: Vittorio De Sica
Guion: Cesare Zavattini, Eduardo De Filippo, Isabella Quarantotti
Género: Comedia dramática / Episódica / Crítica social
Reparto: Sophia Loren, Marcello Mastroianni
Idioma: Italiano con Subtítulos en Español