Título original: La famiglia
Italia
Dirección: Ettore Scola
Idioma: Italiano con Subtítulos en Español
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Reparto: Vittorio Gassman, Stefania Sandrelli, Fanny Ardant,
Philippe Noiret, Carlo Dapporto, Jo Champa
Género: Drama
SINOPSIS:
Crónica de la vida de varias generaciones de una familia romana de la burguesía, desde 1906 hasta 1986. El narrador es Carlo, un profesor de italiano que relata su vida desde el día de su bautismo hasta que se encuentra rodeado de hijos y nietos. Los demás personajes, el abuelo, el padre, la madre, las tres inseparables tías solteras, el hermano, la criada enamorada del hermano... configuran un mundo lleno de vida y sentimientos.
Críticas:
¡Ettore Scola en su mejor momento! Una película que nos atrapa y conmueve con sus personajes maravillosamente humanos y contradictorios. Una obra maestra que pertenece a un cine que lamentablemente ya no existe.
-Revista Cine en Casa
Posición en rankings FA:
47 Mejores películas italianas de todos los tiempos
62 Mejores películas de los años 80
Premios:
1987: Nominada al Oscar: Mejor película de habla no inglesa
1987: Festival de Cannes: Sección Oficial. Nominada a la Palma de Oro
1986: Premios David di Donatello: 6 premios, incluyendo Mejor película. 12 nominaciones
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RESEÑA EN EL CAFÉ
La familia (La famiglia, 1987), dirigida por el maestro italiano Ettore Scola, es una obra maestra del cine italiano que encapsula con elegancia y profundidad las complejidades de la vida familiar a lo largo de varias generaciones. Estrenada en el Festival de Cannes y nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera, esta película es una crónica íntima y nostálgica que abarca desde la Belle Époque hasta los años ochenta, utilizando el microcosmos de una familia burguesa romana para reflexionar sobre el paso del tiempo, los afectos, las frustraciones y los pequeños dramas que configuran la existencia humana. Con un reparto estelar encabezado por Vittorio Gassman, Fanny Ardant, Stefania Sandrelli y Philippe Noiret, Scola construye un retrato universal que combina comedia y drama con una sensibilidad única.
Sinopsis y estructura narrativa
La película sigue la vida de Carlo (Vittorio Gassman), un profesor de italiano que, desde su bautismo en 1906 hasta su 80 cumpleaños en 1986, narra las vicisitudes de su familia en un apartamento romano. Este espacio, comprado por el abuelo de Carlo, se convierte en el escenario principal donde se desarrollan amores, desencuentros, reconciliaciones y pérdidas. La narración, estructurada como un álbum de recuerdos, alterna momentos clave de la vida de Carlo y sus seres queridos, mostrando cómo las dinámicas familiares evolucionan a través de dos guerras mundiales, el auge del fascismo, la posguerra y el boom económico italiano.
Scola opta por una puesta en escena minimalista: la acción rara vez abandona el apartamento, y no hay tomas exteriores más allá de la escalera de entrada. Esta decisión refuerza la sensación de intimidad y claustrofobia, haciendo que el espacio doméstico sea un reflejo de las emociones y tensiones internas de los personajes. La estructura episódica, que salta entre décadas, permite al espectador ser testigo del crecimiento, madurez y envejecimiento de los personajes, mientras los grandes eventos históricos (como el fascismo o la Segunda Guerra Mundial) quedan relegados a un segundo plano, mencionados solo como ecos que afectan la vida cotidiana.
Temas y estilo
La familia es, ante todo, una meditación sobre el tiempo y la memoria. Scola utiliza la perspectiva de Carlo para explorar cómo los momentos aparentemente insignificantes —una discusión, una mirada, un abrazo— conforman la esencia de la vida. La película no busca grandes gestas épicas al estilo de La casa de los espíritus, sino que se deleita en lo cotidiano: las rivalidades entre hermanos, los amores no correspondidos, las excentricidades de las tías solteras o las conversaciones banales que revelan verdades profundas. Esta atención a los detalles pequeños es lo que hace que la película sea tan universal; como señala una crítica en FilmAffinity, “es una casa que es como la tuya”, un lugar donde todos podemos reconocernos.
El estilo de Scola es una mezcla magistral de comedia y drama, una característica distintiva del cine italiano. Las escenas humorísticas, como las peleas entre las tías o las torpezas de los personajes más jóvenes, se entrelazan con momentos de gran carga emocional, como las despedidas o las confesiones de amor frustrado. La banda sonora de Armando Trovajoli, con su tono melancólico pero cálido, acompaña perfectamente esta dualidad, mientras que la fotografía de Ricardo Aronovich captura la evolución del apartamento —sus muebles, luces y decoraciones— como un testigo silencioso del paso del tiempo.
Un aspecto notable es la forma en que Scola aborda la historia italiana. A diferencia de películas como Novecento de Bertolucci, que entrelazan explícitamente la política con la narrativa, aquí los eventos históricos son meras acotaciones. Por ejemplo, el fascismo aparece en la figura del tío Nicola, un fanfarrón vestido con el uniforme del régimen, o en la presión que siente Carlo para afiliarse al partido y conservar su empleo. Esta sutileza permite que la película se centre en lo humano, mostrando cómo las grandes convulsiones del siglo XX afectan, pero no definen, las vidas de esta familia.
Actuaciones y personajes
El reparto es uno de los puntos fuertes de La familia. Vittorio Gassman, en el papel de Carlo, ofrece una interpretación soberbia, pasando de la arrogancia juvenil a la vulnerabilidad de la vejez con una naturalidad asombrosa. Su personaje, un hombre reflexivo pero emocionalmente contenido, es el hilo conductor que une las generaciones. Fanny Ardant, como Adriana, la pianista de la que Carlo se enamora en su juventud, aporta una elegancia y fragilidad que hacen que su breve pero intensa relación con Carlo sea uno de los momentos más memorables de la película. Stefania Sandrelli, interpretando a Beatrice, la esposa de Carlo, brilla con su espontaneidad y calidez, mientras que Philippe Noiret, en un papel secundario, añade un toque de ironía y humanidad.
Sin embargo, la película no está exenta de pequeños defectos. Como señalan algunas críticas, los actores más jóvenes que interpretan a los personajes principales en las primeras décadas (antes de que Gassman, Ardant y Sandrelli tomen el relevo) son menos convincentes, lo que hace que el arranque de la película sea algo lento. A pesar de esto, el conjunto del reparto secundario —incluyendo a Sergio Castellitto como el hermano de Carlo y a las actrices que dan vida a las tías solteras— aporta una riqueza de matices que hace que cada personaje, por pequeño que sea, tenga su momento de gloria.
Recepción y legado
La familia fue un éxito crítico y comercial, ganando cinco premios David di Donatello y seis Nastro d’Argento, además de su nominación al Oscar. La película es considerada una de las cumbres del cine italiano de los años ochenta y un testimonio del talento de Scola para retratar las emociones humanas con delicadeza y humor. Como apunta una reseña en FilmAffinity, la película se inscribe en la tradición del cine italiano que domina “la maestría a la hora de reflejar las claves emocionales de la vida familiar”, junto a obras como El Gatopardo de Visconti o Amarcord de Fellini.
El legado de La familia se extiende a cineastas posteriores, como Giuseppe Tornatore o Juan José Campanella, quienes han adoptado un enfoque similar para narrar historias de vida con un equilibrio entre lo íntimo y lo universal. La película también sigue siendo relevante por su capacidad para evocar la nostalgia sin caer en el sentimentalismo, invitando al espectador a reflexionar sobre su propia historia familiar.
Conclusión
La familia es una joya del cine italiano que combina una dirección impecable, un guion rico en matices y actuaciones memorables para crear un retrato conmovedor de la vida. Ettore Scola logra que un solo apartamento sea el escenario de toda una existencia, mostrando que las grandes historias no siempre requieren grandes escenarios, sino corazones abiertos y memorias compartidas. A pesar de un inicio algo titubeante, la película crece en intensidad y profundidad, dejando una huella imborrable en el espectador. Es una obra para disfrutar, reflexionar y, sobre todo, para recordar que la familia, con sus imperfecciones y contradicciones, es el núcleo de nuestra humanidad.
Gracias por vuestra atención
Julio César Pisón
Café Mientras Tanto
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