Título original: The Train
Estados Unidos
Dirección: John Frankenheimer
Idioma: Doblada al Español
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Reparto: Burt Lancaster, Paul Labiche ; Paul Scofield, Cnel. Franz von Waldheim ; Jeanne Moreau, Christine ; Suzanne Flon, Señorita Villard ; Michel Simon
Género: Intriga. Bélico. Drama | II Guerra Mundial.
Sinopsis:
El Coronel Franz Von Waldheim se encuentra destacado en París con una misión muy concreta: hacerse con las modernas pinturas francesas, las mismas calificadas de "degeneradas" por los nazis, y cargarlas en un tren con destino a Alemania para el Tercer Reich. Eso sí, ha de tener mucho cuidado de no dañar la carga y, además, tiene de tiempo límite lo que tarden los aliados en reconquistar la ciudad, es decir, poco margen ya que cada vez están más cerca.
Críticas:
"Imprescindible obra maestra (...) película febril e intensa (...) una clase magistral de cine espectacular, riguroso e inolvidable"
Miguel Ángel Palomo: Diario El País
Premios:
1965: Nominada al Oscar: Mejor guión original
1965: National Board of Review: Top 10 mejores películas
1964: Premios BAFTA: Nominada a Mejor película
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RESEÑA EN EL CAFÉ
El tren , dirigida por John Frankenheimer y estrenada en 1964, es una obra maestra del cine bélico que combina acción trepidante, dilemas morales y una reflexión profunda sobre el valor del arte frente a la brutalidad de la guerra. Protagonizada por Burt Lancaster, Paul Scofield y Jeanne Moreau, la película se basa en hechos reales y narra los esfuerzos de la Resistencia francesa para impedir que los nazis trasladen un tren cargado de obras de arte robadas desde París hacia Alemania durante los últimos días de la ocupación en 1944. Con un estilo visual crudo, un guion sólido y una dirección magistral, El tren no solo es un thriller emocionante, sino también una meditación sobre sacrificio, patriotismo y el costo humano de la guerra.
Contexto histórico y premisa
La película está inspirada en el libro Le front de l'art de Rose Valland, que documenta los esfuerzos reales de la Resistencia francesa para proteger el patrimonio artístico de Francia durante la Segunda Guerra Mundial. En agosto de 1944, con los Aliados acercándose a París, el coronel alemán Franz von Waldheim (Paul Scofield) ordenó el traslado de cientos de obras maestras de arte moderno —artistas de como Picasso, Matisse y Degas— desde el Museo Jeu de Paume hacia Alemania. Para los nazis, estas piezas no representan solo trofeos de guerra, sino también un medio para financiar su esfuerzo bélico. Sin embargo, la Resistencia francesa, liderada por el ferroviario Paul Labiche (Burt Lancaster), se opone al saqueo, a pesar de que el arte no es su prioridad inicial, ya que están enfocados en salvar vidas y liberar Francia.
La premisa plantea un conflicto ético fascinante: ¿vale la pena arriesgar vidas humanas para salvar pinturas? Este dilema se desarrolla a través de los personajes de Labiche, un hombre pragmático que inicialmente ve el arte como un lujo irrelevante, y von Waldheim, un oficial nazi obsesionado con el valor cultural de las obras, pero desprovisto de la humanidad. La tensión entre estos dos hombres impulsa la narrativa, mientras el tren mismo se convierte en un símbolo de la lucha entre civilización y barbarie.
Dirección y estilo visual
John Frankenheimer, conocido por su habilidad para combinar acción visceral con temas complejos (como en The Manchurian Candidate ), demuestra un dominio excepcional en El tren . La película, filmada en blanco y negro, utiliza una estética casi documental que refuerza su realismo. Las imágenes son crudas, con un enfoque en la textura del acero, el vapor de las locomotoras y el paisaje devastado por la guerra. Frankenheimer opta por tomas largas y coreografías precisas en las secuencias de acción, muchas de las cuales involucran trenes reales en movimiento, choques espectaculares y explosiones que se sienten auténticas.
Una de las decisiones más audaces de Frankenheimer fue filmar la mayoría de las escenas sin efectos especiales, utilizando locomotoras y vagones reales. Los descarrilamientos y colisiones, que son algunos de los momentos más memorables de la película, se lograron con un riesgo considerable para el equipo de producción. Esta autenticidad da a El tren una intensidad que pocas películas belicas de la época igualan. Además, la fotografía de Jean Tournier y Walter Wottitz captura tanto la grandiosidad de las máquinas como la intimidad de los rostros humanos, creando un equilibrio entre la escala épica y los dramas personales.
La banda sonora de Maurice Jarre, aunque discreta, complementa perfectamente el tono de la película. En lugar de melodías grandilocuentes, Jarre utiliza percusiones y cuerdas que evocan el ritmo implacable de los trenes y la urgencia de la misión, dejando que los sonidos naturales de las locomotoras y los combates dominen muchas escenas.
Guión y temas
El guion, escrito por Franklin Coen y Frank Davis (con contribuciones no acreditadas de Walter Bernstein), es notable por su economía narrativa y su capacidad para desarrollar personajes complejos sin recurrir a diálogos excesivos. La historia avanza con un ritmo implacable, pero se toma el tiempo para explorar las motivaciones de sus protagonistas y los costos de sus decisiones.
Uno de los temas centrales de El tren es el valor del arte en tiempos de guerra. Von Waldheim ve las pinturas como un símbolo de superioridad cultural y un medio para legitimar el régimen nazi, mientras que Labiche inicialmente las considera irrelevantes frente a la pérdida de vidas humanas. A medida que la película avanza, Labiche comienza a comprender el significado más profundo de su misión, no solo como un acto de resistencia, sino como una defensa de la identidad y la memoria de su pueblo. Esta evolución se presenta de manera sutil, sin discursos grandilocuentes, lo que hace que el cambio de perspectiva de Labiche sea profundamente humano.
Otro tema importante es el sacrificio. La película no glorifica la guerra ni la resistencia, sino que muestra el costo devastador de cada decisión. Cada sabotaje al tren resulta en la muerte de compañeros de Labiche, y el guion no rehúye mostrar las consecuencias de estas pérdidas. Una escena particularmente conmovedora involucra a Papa Boule (Michel Simon), un anciano maquinista cuya valentía tiene un precio trágico, subrayando que incluso los héroes anónimos paganos un alto costo en la guerra.
Actuaciones
Burt Lancaster ofrece una interpretación magistral como Paul Labiche, combinando su carisma natural con una intensidad contenida. Labiche es un héroe reacio, un hombre común empujado a circunstancias extraordinarias, y Lancaster transmite su evolución emocional con pequeños gestos y miradas. Además, su imponente físico le permite realizar sus propias acrobacias, desde escalar trenes en movimiento hasta enfrentarse a soldados nazis, lo que añade autenticidad a su personaje.
Paul Scofield, como el coronel von Waldheim, es un antagonista formidable. Aunque podría haber caído en el estereotipo del villano nazi, Scofield lo dota de matices: von Waldheim es culto, obsesionado con el arte y convencido de su propia rectitud, lo que lo hace más complejo y perturbador. Su confrontación verbal con Labiche en el clímax es un punto culminante, donde las palabras cortan tan profundamente como cualquier arma.
Jeanne Moreau, como Christine, la dueña de un hostal que ayuda a Labiche, aporta una presencia magnética en un papel más secundario. Aunque su tiempo en pantalla es limitado, Moreau imbuye a Christine con una mezcla de cansancio y determinación, reflejando el desgaste de la guerra en los civiles. El reparto secundario, que incluye a actores franceses como Michel Simon y Albert Rémy, añade autenticidad y profundidad a la representación de la Resistencia.
Secuencias memorables
El tren está repleto de momentos inolvidables, muchos de los cuales han influido en el cine de acción moderno. Entre los más destacados están:
El sabotaje inicial : La secuencia en la que Labiche y sus compañeros manipulan las vías para descargar un tren nazi es un ejemplo perfecto de suspense, con un montaje que alterna entre los esfuerzos frenéticos de los resistentes y el avance implacable del tren.
El choque de locomotoras : Una colisión espectacular entre dos trenes, filmada en tiempo real, es un testimonio del compromiso de Frankenheimer con el realismo. La escena es tanto visualmente impactante como emocionalmente devastadora, ya que representa una victoria a un costo humano enorme.
El clímax : Sin spoilear demasiado, el enfrentamiento final entre Labiche y von Waldheim es un tour de force que combina acción, simbolismo y reflexión moral. La imagen de las pinturas esparcidas junto a los restos del tren es una de las más poderosas del cine belico.
Impacto y legado
El tren fue bien recibido en su momento, aunque no alcanzó el estatus de clásicos más conocidos como El puente sobre el río Kwai o La gran evasión . Con el tiempo, sin embargo, ha sido revalorizada como una de las grandes películas belicas de los años 60, gracias a su mezcla de acción, profundidad temática y dirección innovadora. Su influencia se puede ver en películas posteriores que combinan espectáculos con dilemas éticos, como Salvar al soldado Ryan o Bastardos sin gloria .
La película también destaca por su retrato matizado de la Resistencia francesa, evitando la glorificación simplista y mostrando a sus miembros como personas comunes enfrentadas a decisiones imposibles. En un contexto más amplio, El tren sigue siendo relevante por su exploración de cómo las sociedades protegen su identidad cultural frente a la destrucción.
Críticas y limitaciones
Aunque El tren es una película sobresaliente, no está exenta de críticas. Algunos espectadores podrían encontrar su ritmo inicial un poco lento, ya que la primera media hora se centra más en establecer personajes y contexto que en la acción. Además, el papel de Jeanne Moreau, aunque impactante, se siente subdesarrollado, y algunos han señalado que la película podría haber explorado más a fondo las perspectivas femeninas en la Resistencia. Finalmente, ciertos aspectos históricos son simplificados para ajustarse al formato de un thriller, lo que podría decepcionar a quienes busquen una recreación completamente fiel a los eventos reales.
Conclusión
El tren es una joya del cine belico que combina acción visceral, actuaciones memorables y una reflexión profunda sobre el arte, el sacrificio y la resistencia. La dirección de John Frankenheimer, apoyada por un guion inteligente y un reparto excepcional, crea una experiencia cinematográfica que es tan emocionante como conmovedora. Burt Lancaster y Paul Scofield entregan interpretaciones que elevan el conflicto central a un nivel casi shakesperiano, mientras que las secuencias de acción siguen siendo impresionantes incluso décadas después.
Para los amantes del cine clásico, El tren es una obra imprescindible que captura la esencia de la Segunda Guerra Mundial sin caer en clichés. Es una película que no solo entretiene, sino que también invita a reflexionar sobre lo que estamos dispuestos a sacrificar por aquello que consideramos valioso. En última instancia, El tren es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la humanidad puede encontrar formas de preservar su legado.
Calificación: 9/10
Una obra maestra del género belico que combina espectáculo y sustancia con una precisión casi perfecta.
Gracias por vuestra atención
Julio César Pisón
Café Mientras Tanto
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