Season: Spring–Summer
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📝 RESEÑA
Milán como pasarela íntima: cada paso es una carta de amor al cuerpo
El verano ha tomado el centro de Milán no con estridencia, sino con gracia. Las calles ya no son meras vías de tránsito: se han convertido en espejos donde cada quien se prueba a sí mismo, donde lo íntimo se vuelve público sin perder misterio.
En el video que observamos, los cuerpos avanzan por la ciudad como si respondieran a una coreografía sin director. Hay fluidez en cada paso. La moda aquí no es grito sino susurro. Una mujer de vestido blanco, mangas globo y gafas oscuras parece flotar entre la multitud. Le sigue una joven con conjunto de lino marrón claro, y otra con falda amplia de estampado fucsia que se despliega como una flor en el asfalto. No hay poses para Instagram, hay presencia. La cámara los encuentra sin que lo pidan.
Cada uno camina con el peso de su historia invisible. Algunos aceleran el paso —quizás por el calor, quizás por la vida—, otros se detienen brevemente frente a una vidriera, reflejando no solo su figura, sino su deseo de encontrar belleza en el día a día.
Las texturas también hablan: lino, algodón, gasa, cuero suave. Colores claros que reverberan contra los adoquines de la ciudad. No se trata de seguir la moda: se trata de habitarla. No hay escándalo en lo que se ve, sino decisión. El pantalón oversize ya no es descuido, sino elección. La camisa amplia no disimula: afirma.
Y mientras el sol cae a plomo y las sombras dibujan geometrías a los pies de quienes caminan, la moda milanesa respira. No como industria, sino como acto vital. Una manera de decir: “Este soy yo, en este instante preciso. Esta es mi manera de estar en el mundo”.
Porque vestir también es declarar un estado del alma.
– Julio César Pisón
Café Mientras Tanto
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