In Concert
El Dorado World Tour (2019)
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RESEÑA EN EL CAFÉ
"Volver a rugir: Shakira y el poder del cuerpo que canta"
Hay conciertos que son espectáculo y hay conciertos que son confesión. Shakira in Concert: El Dorado World Tour (2019), dirigido por James Merryman y Shakira, pertenece a esta última estirpe. No es solo una gira, es una forma de regreso: tras una hemorragia en las cuerdas vocales que casi la silenció, Shakira vuelve a cantar como quien vuelve a vivir. El film no se limita a documentar el tour mundial de su álbum El Dorado; es, ante todo, el relato de una artista que ha hecho de la vulnerabilidad una forma de fuerza.
Desde la primera escena —los ensayos, las terapias vocales, la voz que no llega— la película se instala en esa zona donde el cuerpo y la voz dejan de ser dados y se vuelven conquistados. El escenario ya no es solo el lugar del show, sino el espacio donde una mujer se reencuentra con lo que creía perdido. Cada canción del repertorio (que mezcla inglés y español, pop, reguetón, rock y balada) suena así como una afirmación radical: “sigo aquí”, “aún puedo”, “esto soy”.
Pero El Dorado World Tour no es solo una crónica de resiliencia. Es también una celebración del cuerpo que canta, que baila, que vibra. Shakira nunca ha sido solo voz. Su movimiento es lenguaje, coreografía política, declaración de identidad. En un mundo que ha intentado clasificarla —demasiado latina para el pop anglosajón, demasiado comercial para el rock, demasiado mujer para todos— ella responde desde el escenario con una hibridez desbordante: una colombiana que rapea en árabe, que se sacude al ritmo de África, que se sabe de todos los márgenes y todos los centros.
La película, filmada en Los Ángeles pero atravesada por imágenes de otras ciudades del tour (Miami, México, París, São Paulo), logra traducir ese cruce de geografías y afectos. La cámara se mueve entre planos de la multitud y el backstage, entre el brillo del show y la intimidad del esfuerzo. Lo que se ve no es tanto una diva como una trabajadora del arte, una madre que sube al escenario tras despedirse de sus hijos en camerinos, una artista que construye una comunión con miles de cuerpos que la corean como quien reza.
En un momento del concierto, antes de cantar “Nada”, Shakira dice: “Gracias por esperar... por no olvidarme”. Ese gesto de gratitud es también una inversión de roles: la estrella le habla a su público como quien le debe todo, como quien ha sido salvada. Y quizás esa sea la clave del film: el tour no es solo su regreso, es también una ofrenda. Cada nota, cada cadera, cada lágrima velada, devuelven algo a quienes la esperaron.
Shakira in Concert es así mucho más que un registro musical. Es una lección de resistencia emocional, una celebración de la artista mestiza en tiempos de algoritmos y fórmulas, y un recordatorio de que el cuerpo que canta —aún cuando ha estado roto— puede seguir siendo un acto de belleza y poder.
"Porque volver a cantar, para algunas mujeres, es también volver a vivir."
Julio César Pisón
Café Mientra Tanto
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