Utopía
Intégrale concert Nuits de Fourvière du 24 juillet 2012
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RESEÑA EN EL CAFÉ
En un escenario desnudo y cargado de sentido, María Pagés convoca a la utopía no como un sueño lejano, sino como una forma urgente de estar en el mundo. Su obra, presentada en el marco del festival Nuits de Fourvière en 2012, se alza como un manifiesto danzado donde el flamenco se expande más allá de sus límites tradicionales para convertirse en lenguaje de resistencia, memoria y deseo. Desde el pensamiento de Oscar Niemeyer hasta la cadencia de un quejío, Utopía es cuerpo que piensa, que sueña, que actúa.
Danzar lo imposible
María Pagés no baila flamenco: ella lo reinventa. En Utopía, su cuerpo es territorio de exilio y de regreso, una frontera donde confluyen la raíz andaluza, la abstracción estética y el compromiso ético. La danza se convierte en utopía no porque escape de la realidad, sino porque la transforma en posibilidad. Pagés dialoga con Niemeyer no desde la arquitectura, sino desde la curvatura del gesto. Cada movimiento suyo dibuja una ciudad imaginaria hecha de humanidad, compás y deseo.
No hay palabra hablada en el escenario, pero cada taconeo resuena como una consigna. La utopía, entonces, no es una promesa vacía: es un cuerpo en movimiento que no se resigna. En tiempos de crisis –de arte, de política, de sentido–, María Pagés se atreve a imaginar una belleza que no excluye, una danza que no adorna, sino que interpela.
Utopía no es un espectáculo: es una declaración. Frente al cinismo, el arte. Frente al ruido, el ritmo. Frente a la resignación, la danza.
Porque en cada giro de María Pagés, lo imposible se vuelve carne, y la utopía, camino.
Julio César Pisón
Café Mientras Tanto
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