Título original: Awakenings
País: Estados Unidos
Dirección: Penny Marshall
Guion: Steven Zaillian (basado en el libro de Oliver Sacks)
Género: Drama, biografía
Reparto: Robin Williams, Robert De Niro, Julie Kavner, Penelope Ann Miller,
Max von Sydow
Idioma: Doblada al Español
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RESEÑA EN EL CAFÉ
El instante como forma de eternidad.
Hay películas que no envejecen porque están hechas con la materia de la compasión. Despertares (1990) es una de ellas. En un tiempo en que la medicina parece avanzar a la par que se enfría, la historia del Dr. Sayer y Leonard Lowe nos recuerda que el verdadero acto clínico comienza cuando alguien mira al otro como un ser vivo, y no como un caso.
Robin Williams, en uno de sus papeles más sensibles, interpreta a un médico tan tímido como obstinado, que se atreve a ensayar un tratamiento experimental con pacientes “olvidados”, víctimas de una rara encefalitis que los dejó en estado catatónico durante décadas. Uno de ellos es Leonard Lowe, magistralmente encarnado por Robert De Niro, que despierta del letargo para experimentar —con la ternura de un niño y la lucidez de un sabio— un mundo que ya no es el suyo.
Pero Despertares no es un canto ingenuo al milagro médico. Es una elegía serena sobre los límites de la ciencia y la inevitabilidad de la pérdida. Penny Marshall filma con delicadeza, sin grandilocuencia, dejando que la emoción emerja de los gestos mínimos: una mano que se mueve, una mirada que vuelve, un baile robado al tiempo.
Lo que emerge del film es una ética del cuidado que resiste la tecnocracia: una reivindicación del tacto, del afecto, del tiempo compartido. Porque despertar, en esta historia, no es simplemente abrir los ojos, sino reconocerse en los ojos del otro.
Despertar, al final, es ese acto profundamente humano de atreverse a sentir, incluso cuando sabemos que el sueño regresará.
Julio César Pisón
Café Mientras Tanto
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