Nelson Mandela Benefit Concert
Wembley Stadium, London 1988
-------------------------------------------
RESEÑA EN EL CAFÉ
El 11 de junio de 1988, el estadio de Wembley vibró con uno de los eventos musicales más significativos del siglo XX: el Nelson Mandela 70th Birthday Tribute. Más que un homenaje, fue un clamor artístico y político para exigir la liberación del líder sudafricano, encarcelado desde hacía más de dos décadas por su lucha contra el apartheid.
Seis cuerdas contra el silencio.
En tiempos oscuros, el rock también ha sido plegaria y puño. Cuando en junio de 1988 Mark Knopfler y Eric Clapton unieron sus guitarras sobre el escenario de Wembley para rendir tributo a Nelson Mandela, no estaban simplemente tocando: estaban pronunciando un manifiesto. En “Brothers in Arms”, el lamento de la guerra adquirió un eco nuevo; en “Wonderful Tonight”, la ternura adquirió peso político. A través del silencio entre las notas, se dijo lo que muchas diplomacias callaban.
La unión de estos dos titanes del rock británico no fue un alarde de técnica sino un gesto de sobriedad comprometida. Clapton no desbordó su estilo; Knopfler no buscó deslumbrar. Prefirieron la contención, el duelo melódico, la resonancia emocional. En la era Thatcher, en pleno pulso global por la deslegitimación del apartheid, el escenario de Wembley fue un Parlamento alternativo, una ONU de seis cuerdas.
Aquella noche de 1988 la música fue documento y testimonio. No fue una celebración: fue una advertencia. Mandela no estaba solo. El mundo —o al menos el mundo que canta— estaba empezando a afinar su conciencia.
Entre acordes, se dijo lo indecible: la libertad no es un bis, es la canción principal.
Julio César Pisón.
Café Mientras Tanto
#conciertos #Mandela #EricClapton #DireStraits #BluesRock #Libertad
#JulioPisón #CaféMientrasTanto