The NeverEnding Show, Netherlands (2021)
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RESEÑA EN EL CAFÉ
La forma del silencio: música como memoria viva.
En una época en la que todo parece urgencia, Alan Parsons propone pausa. The NeverEnding Show, grabado en vivo en los Países Bajos y lanzado en 2021, no es un simple concierto ni un ejercicio de nostalgia: es una forma de pensamiento musical, una meditación sobre el tiempo, la memoria y la belleza.
Parsons no dirige una banda, dirige una idea: la de que la música puede ser un acto de arquitectura emocional. Como si cada canción fuese una catedral invisible, lo que escuchamos no es solo sonido: es estructura, es proporción, es espacio mental. La puesta en escena, sobria pero luminosa, y la interpretación minuciosa de piezas clásicas como “Eye in the Sky” o “Time” reafirman una ética de la precisión sin frialdad, del virtuosismo que no busca deslumbrar sino construir sentido.
Hay algo profundamente contracultural en este concierto. Frente al espectáculo ruidoso y fugaz, Parsons ofrece lo duradero. Frente a la explosión, el detalle. Frente al grito, el matiz. Rodeado de músicos excepcionales, como P.J. Olsson en la voz principal o Todd Cooper en los vientos, Parsons aparece casi como un alquimista tranquilo, combinando elementos con una serenidad que impone respeto. Cada solo, cada transición, cada textura sonora revela una conciencia plena del oficio.
Pero lo más notable no es la calidad técnica. Lo que emociona en The NeverEnding Show es que, incluso en su perfección, no busca cerrar nada. Es un concierto que no termina porque no pretende clausura. No se despide, se prolonga. Aun cuando evoca un repertorio asociado a los años dorados del rock sinfónico, lo hace desde un presente activo. No hay anacronismo, hay actualización: estas canciones siguen hablando porque Parsons sabe escucharlas de nuevo.
Tal vez por eso este espectáculo funciona como una declaración: la música puede seguir siendo un lugar de resistencia. Una resistencia delicada, paciente, casi secreta. Pero firme. Alan Parsons no es solo un ingeniero de sonido convertido en artista; es un constructor de armonías que aún cree que lo invisible –el equilibrio, el tono, la intención– importa tanto como lo que se ve.
En un mundo donde todo pasa demasiado rápido, The NeverEnding Show es una forma de quedarse.
Julio César Pisón
Café Mientras Tanto
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