Páginas del Café

Milva & Tangoseis

 🎵 El Tango de Astor Piazzolla
📍 Palau de la Música Catalana (2005)

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📝 RESEÑA

La noche del 14 de junio de 2005, el Palau de la Música Catalana se rindió ante una de las cumbres más sentimentales y artísticamente intensas del tango: Milva, acompañada del grupo argentino Tangoseis, ofreció un espectáculo que fue mucho más allá de un simple recital, transformándose en un verdadero acto de encuentro emocional y estético, tanto entre los músicos en el escenario como con el público barcelonés. “El Tango de Astor Piazzolla” no es solo un homenaje, sino una actualización viva y desbordante del género, articulada desde la poderosa voz y presencia de Milva, la Pantera de Goro, musa de Giorgio Strehler y favorita declarada por el propio Piazzolla para interpretar su repertorio.

Milva, leyenda italiana del teatro y el canto, arrancó el concierto declarando que no se trataba de un simple recital, sino de un intercambio de emociones y de un acto de memoria: Piazzolla como gran maestro, guía y renovador del tango, y ella como narradora de historias a través de las melodías y las letras densas de amor y desarraigo. “He tenido dos grandes maestros: Giorgio Strehler y Astor Piazzolla”, afirmó en medio de la ovación. El repertorio navegó por los grandes hitos del compositor argentino, desde "Adiós Nonino" —pieza escrita en una sola noche tras la muerte del padre de Piazzolla y convertida en lamento universal— hasta “Oblivion” y los fragmentos de la operita “María de Buenos Aires”, en los que Milva se metamorfoseó, entre el lirismo y la teatralidad, en la Maria eterna y ambigua trazada por Piazzolla y Horacio Ferrer.

El acompañamiento de Tangoseis fue impecable: el bandoneón, el piano, el violín, el contrabajo y la guitarra sirvieron de columna vertebral a esta interpretación plural, donde las voces instrumentales y la conmovedora fuerza vocal de Milva se fundían en un abrazo tierno y desgarrado a la vez. La puesta en escena, sobria pero vibrante, dejaba que la música invadiera el aire. Si Piazzolla revolucionó el tango transformándolo en música de cámara moderna, Milva y Tangoseis lograron en Barcelona revivir su espíritu y su carga poética, demostrando que el tango puede seguir siendo rito, elegía y celebración, encarnando la nostalgia con la misma frescura de una primera vez.

La interpretación de Milva reafirmó con su timbre único un puente entre la Italia teatral y la Argentina urbana. Su voz, a medio camino entre un saxo y un violonchelo, cargada de matices, transitó los lineamientos más duros y los matices más etéreos del repertorio piazzolliano. La fuerza narrativa y el magnetismo interpretativo de la artista no solo evocaron el dolor y el deseo, sino que ofrecieron, como dijo la propia Milva, “magia”: la magia de una voz y la magia de un género capaz de sobrevivir a sus propios fantasmas y reinventarse desde la herida.

✍️- Julio César Pisón
☕ Café Mientras Tanto

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