Concerti: Moi, mon âme et ma conscience
Teatro Valli, Reggio Emilia – Live 2003
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📝 RESEÑA
Una voz que es memoria, un escenario que es confesión
En el corazón del Teatro Valli, Fiorella Mannoia alza la voz como si contara secretos a media luz. El concierto Moi, mon âme et ma conscience no es sólo un recital en vivo: es una suerte de testamento poético, una carta abierta a la vida escrita con la tinta del canto y la piel del silencio.
Respaldada por una instrumentación precisa y sobria, Mannoia canta con un fraseo que parece brotar directamente del pecho. La elección del repertorio —delicadamente trazada entre lo político, lo íntimo y lo humanísimo— nos habla de una artista que no necesita levantar el tono para estremecer. La emoción está en la cadencia, en el gesto mínimo, en esa manera suya de mirar hacia adentro mientras canta.
Su interpretación de “C’è tempo” es un clímax contenido, donde el tiempo deja de ser una medida para volverse un eco. Mientras que en “Oh che sarà” su voz toma la forma de una plegaria terrosa, colectiva, universal. A cada pausa, el público respira con ella.
Este concierto no busca el aplauso, sino la complicidad. Mannoia no interpreta canciones: las habita. Y en ese habitar, nos permite entrar también a nosotros. El Teatro Valli se transforma en un cuarto sin paredes, donde las almas escuchan a una de las suyas cantar.
Una plegaria hecha canción, en el centro mismo de la voz.
– Julio César Pisón
Café Mientras Tanto
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