Live
The Farewell Tour (2003)
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📝 RESEÑA
Una diva no se despide: se reinventa en cada nota
En el escenario, Cher no camina: flota. Con The Farewell Tour, la artista construyó un monumento vivo a su propio mito, no para decir adiós, sino para reafirmar su eternidad pop. Este concierto de 2003 —registrado en Miami— fue mucho más que un recorrido nostálgico: fue una declaración visual y sonora de invulnerabilidad, un espectáculo de múltiples encarnaciones donde la mujer que una vez fue parte de Sonny & Cher se funde con la diosa dorada del pop digital.
Desde la apertura con “I Still Haven’t Found What I’m Looking For” hasta el himno final “Believe”, la puesta en escena es una obra teatral de transformaciones. Cada cambio de vestuario —diseñado por el legendario Bob Mackie— marca un umbral, un nuevo acto en esta ópera de la identidad. A lo largo del show, Cher no solo canta: interpreta una historia de permanencia, ironía y transgresión. Habla al público con su clásico humor ácido, se ríe de sus propias cirugías, del paso del tiempo, y al hacerlo, invierte los signos del espectáculo: el artificio se vuelve verdad.
Lo impresionante del concierto no es sólo la voz —que permanece firme y rica, especialmente en baladas como “Song for the Lonely”—, sino la inteligencia escénica con la que Cher recorre cinco décadas de cultura pop, sin jamás quedar atrapada en ninguna. Videos de archivo, bailarines, efectos, playback, vida en vivo: todo se amalgama en una ceremonia que celebra no la despedida, sino el derecho a volver siempre.
Como si dijera: “si este es mi último tour… nos veremos en el próximo”.
El adiós más largo del mundo
– Julio César Pisón,
Café Mientras Tanto
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Ficha técnica:
Título completo: Live – The Farewell Tour
EE.UU. – Dirección: David Mallet
Género: Pop / Concierto en vivo
Dirección artística: Cher, Doriana Sanchez
Vestuario: Bob Mackie
Canciones destacadas: “Believe”, “If I Could Turn Back Time”, “Strong Enough”, “Song for the Lonely”