Live at the Hammersitch Apollo 2011
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RESEÑA EN EL CAFÉ
En un tributo magistral a una de las bandas más icónicas de la historia, *The Australian Pink Floyd Show* demostró en 2011 por qué son considerados los guardianes del legado de Pink Floyd. El histórico Hammersmith Apollo de Londres, testigo de innumerables leyendas musicales, fue el escenario perfecto para una noche que transportó a la audiencia a la era dorada del rock progresivo.
**Fidelidad y Virtuosismo Musical**
Desde los primeros acordes de *“Breathe”*, quedó claro que esta no era una simple imitación. La banda australiana, con su meticulosa atención al detalle, replicó con precisión los arreglos complejos y los sonidos envolventes que caracterizaron a Pink Floyd. Los teclados etéreos, los solos de guitarra cargados de emoción (especialmente en *“Comfortably Numb”*) y la sección rítmica impecable demostraron un dominio técnico asombroso. Las voces, aunque no intentaron clonar a Waters o Gilmour, capturaron la esencia melancólica y poética de las letras, con armonías que resonaron en cada rincón del Apollo.
**Espectáculo Visual Sobrecogedor**
Pink Floyd no solo es música; es una experiencia sensorial. The Australian Pink Floyd Show entendió esto al pie de la letra. Las pantallas gigantes proyectaron animaciones clásicas como *“The Dark Side of the Moon”* prisma y los martillos de *“Animals”*, mientras láseres hipnóticos y juegos de luces sincronizados con *“Another Brick in the Wall”* y *“Run Like Hell”* crearon una atmósfera inmersiva. El globo inflable de *“On the Run”* y la réplica del cerdo volador de *“Animals”* añadieron un toque de nostalgia y autenticidad.
**Interacción y Emoción Colectiva**
El público, una mezcla de nostálgicos y nuevas generaciones, coreó cada verso de *“Wish You Were Here”* y *“Time”*, creando un coro espontáneo que emocionó hasta a los más escépticos. Momentos como el solo de saxofón en *“Us and Them”* o el crescendo de *“Eclipse”* fueron recibidos con ovaciones estruendosas, mientras la banda mantenía una conexión genuina con la audiencia, invitándolos a ser parte del viaje musical.
**Críticas Menores y Conclusión**
Aunque algunos puristas podrían argumentar que falta la chispa innovadora de la banda original, The Australian Pink Floyd Show no pretende ser un reemplazo, sino un homenaje vibrante y respetuoso. La producción de 2011, con su setlist balanceado entre éxitos (*“Money”*, *“Shine On You Crazy Diamond”*) y rarezas, fue un recordatorio de por qué la música de Floyd trasciende décadas.
En resumen, esta velada en el Hammersmith Apollo fue más que un concierto: fue una cápsula del tiempo que celebró la grandeza de Pink Floyd con pasión y precisión. Para quienes añoran la era dorada del rock, esta banda australiana no decepciona. **★★★★☆** (4.5/5) – Un tributo que honra, innova y emociona.
Gracias por vuestra atención! Hasta el próximo Concierto!
Julio César Pisón
Café Mientras Tanto
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